Soluciones para el gas radón
El gas radón es uno de los principales riesgos para la población actual. La OMS calcula que cada año 1.500 personas en nuestro país mueren a causa de este agente cancerígeno, convirtiéndolo en el segundo causante de cáncer de pulmón, solo por detrás del tabaco. La mayoría de los edificios, en mayor o menor medida, poseen trazas de este silencioso y mortífero gas.
La concentración del mismo dependerá del terreno sobre el que se asiente la vivienda, su construcción y su localización geográfica, ya que su presencia en nuestro país no es homogénea y varía dependiendo de la zona.


Qué es el gas radón
El gas radón es un gas radioactivo que a simple vista no se puede detectar, ya que es incoloro e inodoro. Este gas se produce de forma natural en la corteza terrestre en terrenos graníticos por la descomposición del uranio natural. El uranio, al desintegrarse de manera natural, se transforma en radón, y este contaminante es capaz de llegar a nosotros hasta almacenarse en nuestro sistema respiratorio y producir radiación.

La presencia de trazas del elemento en la tierra produce concentraciones de radón en la mayoría de los suelos, que pueden ser expulsados a la atmósfera exterior y al interior de recintos cerrados. En el exterior no suele representar ningún problema, ya que se diluye fácilmente. El problema surge en los recintos cerrados, especialmente aquellos que están en contacto con el suelo como pueden ser sótanos y garajes. Todo el envenenamiento por gas radón se produce de manera silenciosa y sin detectarse. Puede pasar mucho tiempo hasta que los efectos se hagan presentes, y en ese momento los pulmones pueden estar muy afectados.

¿DÓNDE SE ENCUENTRA?
Este veneno se encuentra en muchas casas, en edificios y en sótanos. En viviendas, el gas radón puede aparecer tras haberse almacenado en el suelo donde se asiente el edificio. También en las paredes, en el techo e incluso en las tomas de agua. Puede entrar en el hogar por cualquier abertura, desde una puerta hasta una diminuta fisura.

RIESGO PARA LA SALUD
Todo el envenenamiento por gas radón se produce de manera silenciosa y no detectable. Puede pasar mucho tiempo hasta que los efectos se hagan presentes, y en ese momento los pulmones pueden estar muy afectados.
Hay un 40% más de muertes por este motivo que por accidentes de tráfico. Según la según la Organización Mundial de la Salud representa la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón solo por detrás del tabaco. En cifras, alrededor de 1.500 personas en nuestro país mueren cada año por culpa de este dañino elemento gaseoso.

EDIFICIOS ENFERMOS

¿CÓMO ELIMINAR EL GAS RADÓN?
Para evitar la intoxicación por gas radón hay que prevenir la filtración a través del suelo y garantizar una renovación del aire continua. Es necesario una óptima ventilación del edificio a través de un sistema de ventilación mecánico que extraiga el aire viciado del interior del hogar e impulse aire nuevo filtrado al interior.
La Organización Mundial de la Salud ha establecido una serie de pautas para garantizar la salubridad de los edificios frente a la acción del gas radón:
- Mejorar la ventilación del forjado e instalar un sistema de ventilación y extracción mecánica en el sótano, forjado o solera para expulsar al exterior el radón de los lugares con mayor concentración.
- En obra nueva, colocar membranas para impedir que el radón entre en la vivienda. En zonas con altos niveles de radón se combinan las membranas con otras técnicas de despresurización del subsuelo.
- En viviendas ya construidas, despresurizar el subsuelo debajo de la casa.
En el caso de las viviendas nuevas, si se aplican las normas y exigencias del CTE el riesgo de contaminación por gas radón se reduce al mínimo, por lo que es muy importante seguir al pie de la letra esta normativa a la hora de edificar nuevas viviendas. La ventilación de los espacios no habitables presentes entre el suelo y el espacio habitado, como es el caso de las cámaras sanitarias ventiladas, puede reducir las concentraciones de radón en el interior de la vivienda al separar el interior del suelo y reducir la concentración de radón por debajo del espacio habitado.
La efectividad de esta medida depende de factores como el grado de estanqueidad al aire del piso situado sobre el espacio ventilado no habitable y, en el caso de la ventilación pasiva, de la distribución de las aberturas de ventilación a lo largo del perímetro del espacio no habitable. Una variante de este planteamiento implica el uso de un ventilador para presurizar o despresurizar el espacio no habitable.
Evaluación de las medidas de prevención del radón

Al llevar a cabo acciones que previenen y eliminan la presencia de gas radón en la vivienda, se hace necesario evaluar el impacto de estas medidas para comprobar su eficacia a lo largo del tiempo. Dependiendo de si ya se ha ocupado o no la vivienda, la estrategia cambiará:
- Antes de su primera ocupación: debido a los sistemas de calefacción y ventilación, las concentraciones de radón en el interior de una vivienda no habitada pueden ser distinta de las que presentan las viviendas habitadas. Las mediciones previas a la primera ocupación pueden servir para identificar problemas que pueden resultar más sencillos de corregir en esta fase que una vez habitada la vivienda.
- Con la vivienda ya habitada: las mediciones de radón tras la primera ocupación de una vivienda permiten demostrar si las concentraciones de radón en su interior son inferiores al nivel de referencia. Como el desempeño de los sistemas de control del radón puede variar con el tiempo, las mediciones de radón deben repetirse periódicamente a lo largo de la vida útil del edificio.
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Ventiladores centrífugos en línea para aplicaciones residenciales o comerciales donde se determina o se presume la presencia del gas radón.
Compuesto de motor monofásico con rodamiento de bolas (230V-50Hz) provisto de desconexión térmica, adecuado para funcionamiento continuo. Suministrado con cable de conexión largo 1,2 m.

VENTAJAS:
√ Aire limpio y libre de radón
√ Máx. Temperatura 50 ° C
√ Sellado hermético
√ Aislamiento de clase II (no se necesita conexión a tierra)
√ Provisto de desconexión térmica
√ Funcionamiento continuo
√ Álabes curvos hacia atrás autolimpiables
√ Equilibrado estática y dinámicamente según ISO 1940
√ Alta estanqueidad controlada.
Cumple con CEI EN 60335-2-80, EN 60335-2-31, EMC 2014/30 / UE y LVD 2014/35 / UE.
Permite el cumplimiento de CTE DB HS6